El presente artículo discurre entre dos campos del saber: los estudios culturales que han colocado al accionar de los sujetos como motor de cambio de las culturas escolares y la etnografía como enfoque privilegiado que permite acceder a las prácticas de enseñanza, aspectos de particular relevancia para comprender el cotidiano áulico, más allá de lo impuesto o documentado. Desde la perspectiva señalada, se recupera el derrotero de investigación efectuado sobre las prácticas de enseñanza en las aulas de Historia del nivel medio, con el fin de destacar los aportes que la perspectiva etnográfica puede proporcionar a la construcción del conocimiento en la Didáctica de la Historia. Además, se procura reflexionar sobre las dimensiones metodológicas y los posicionamientos teóricos que dialogan en la construcción de un saber con carácter fronterizo y de un campo de investigación al que abonan distintas disciplinas y enfoques.